#46 - Un nuevo modelo para el uso terapéutico y transformador de los psicodélicos.
Nuevas estructuras y reformas de las instituciones para abarcar la complejidad y la conciencia multidisciplinaria que precisan los enteógenos.
Feliz 2024! Este es mi primer report del año y arranco con una reflexión profunda sobre el modelo de uso terapéutico y transformacional de los psicodélicos. Un debate necesario para crear una realidad más diversa, poniendo sobre la mesa las contradicciones y luchas de poder que actualmente bloquean el desarrollo en la investigación y el uso naturalístico de estas potentes sustancias.
Este proyecto arrancó a fines de 2022 y en el 23’ publiqué un total de 45 ediciones cada domingo (algunos fueron de descanso). Gracias por leer, confiar en este trabajo y aportar para que este contenido siga llegando a más personas.
Este año se viene con nuevos proyectos personales (la escritura de un potencial libro que está en camino) y con la Asociación Argentina de Psicodélicos estamos prontos a lanzar nuestra primera formación profesional anual.
Después de unos días de caos de fin de año y descanso de inicio del nuevo, acá estamos de nuevo.
Gracias nuevamente por bancar y espero que tengas un lindo inicio de nuevo ciclo!
El 2023 talvez haya sido el año en que más se habló sobre psicodélicos en la historia del mundo moderno.
Gracias al fenómeno Netflix (con las series Fantastic Fungi y How To Change Your Mind) la conversación llegó al mainstream en la sociedad contemporánea. La psilocibina y los hongos se convirtieron en la nueva moda de la que todo el mundo habla y parece que este fenómeno no para de crecer.
Al mismo tiempo, la narrativa actual es compleja y confusa. Hablamos sobre psicodélicos abiertamente y parece que el tabú y el estigma que estas sustancias tenían de a poco se va perdiendo.
Pero de alguna forma nos olvidamos de que todavía a nivel legal, no solo los hongos, sino la mayoría de los psicodélicos aún siguen siendo sustancias controladas en la lista I (la que mayores penas conlleva) en la mayoría de los países. Y la complejidad que se nos arma talvez tenga que ver con entender un poco mejor la realidad del entramado que hay por detrás de estas poderosas sustancias.
Gestión del placer, transformación y medicina.
En septiembre pasado di una charla en ExpoFungi sobre “Renacimiento Psicodélico” donde basé mi teoría en esta trilogía de diferentes usos que han tenido y tienen actualmente los psicodélicos a nivel global. Las tres patas de esta triada son el uso recreativo, el uso transformacional y el uso medicinal.
Pensar en un futuro sin integrar estos tres elementos es mirar para atrás sin ningún sentido y confrontar con la realidad.
Uso Recreativo.
El uso recreativo de las “sustancias prohibidas” existe desde que la primera sustancia fue prohibida. En el mundo antiguo parece que fue el alcohol y el cannabis que habían sido prohibidos por el Islam y por su doctrina religiosa. En el mundo moderno, fue en Reino Unido en el año 1868 que el “Pharmacy Act” prohibió el consumo recreativo del opio, para regularlo y comenzar con la era de la industria farmacéutica moderna.
Pero ya sabemos que desde el año 1971, cuando se introdujo a nivel global el prohibicionismo, en la Convención de Sustancias Psicotrópicas en Viena, la mayoría de las sustancias psicoactivas fueron prohibidas para su uso recreativo y controladas para su uso medicinal (incluyendo a la gran mayoría de los psicodélicos).
Hasta el día de hoy, el prohibicionismo ha sido un rotundo fracaso y una excusa suficiente para derivar millones de los contribuyentes en las manos de las fuerzas de seguridad de los estados para combatir la famosa “Guerra contra las Drogas”. Solo basta con ver este dataset de las Naciones Unidas sobre el consumo de drogas a nivel global, que demuestra que cada año el consumo crece.
Entonces, reflexionando sobre el uso recreativo o lo que podemos llamar “gestión del placer”, precisamos entender como aplicar estrategias de reducción de riesgos, daños y educación a los usuarios. Estigmatizar y combatir son estrategias que lo único que hacen es empeorar la situación.
Si bien los psicodélicos son de todas las sustancias psicoactivas, las más inocuas y con mejor perfil de seguridad… la masificación del relato transformador de estas sustancias lleva a muchos usuarios a iniciar sus viajes solo y en contextos inadecuados (que son los potenciales iniciadores de los tan conocidos “malos viajes”). En el peor de los casos, sustancias adulteradas, como el MDMA, frecuentemente son la causa de tragedias en contextos recreativo como por ejemplo fiestas de música electrónica.
Uso Transformacional.
Los psicodélicos (o enteógenos) tienen una larga historia de uso ancestral, incluso antes de que la ciencia y medicina moderna existan.
Nadie puede negar el uso en este contexto milenario, que busca no solo sanar, sino también un uso ritual en pasajes e iniciaciones, conexión con entidades, mundos y frecuencias que nuestra mente occidental moderna aún está en vías de reconocer.
Este conocimiento de como utilizarlos de forma segura, respetando a la naturaleza y las dinámicas necesarias para que la interacción con estas plantas sagradas y hongos pueda ser transformadora, se lo debemos a los pueblos originarios. Cada comunidad alrededor del mundo, tiene y tuvo a sus curanderos, chamanes, abuelos y guardianes de este conocimiento.
Podemos tomar como ejemplo a los hongos y a la psilocibina (su principal alcaloide). La medicina psicodélica llegó también al mainstream, no solo con el fenómeno Fantastic Fungi de Netflix, sino por la cantidad de estudios científicos publicados en la última década. Desde médicos e inversores, hasta comunidades urbanas y activistas indígenas, se debate sobre si los psicodélicos son herramientas espirituales, nuevas drogas psiquiátricas, medicinas para el cambio social o todas las anteriores.
En este contexto (que opera en el underground global) se cocina una de las mayores potenciales confrontaciones de poder. Este artículo publicado en Frontiers in Psychiatry y titulado “Psilocybin: From Serendipity to Credibility” cuestiona si los centros de retiros deberían ofrecer experiencias con psilocibina (hongos) antes de que la psilocibina haya pasado por el proceso de ensayos clínicos. El artículo plantea algunos argumentos importantes, y también apunta a luchas de poder y el acceso en el campo psicodélico que, si no se resuelven, podrían volverse perjudiciales para este auge de renacimiento.
La psilocibina tiene un histórico ancestral de uso no médico y algunos parecen negar de esto que tiene utilidad terapéutica. Los ensayos clínicos y las investigaciones con psilocibina son prometedoras… mientras tanto, se han abierto miles de centros de retiros que ofrecen experiencias con hongos en casi todos los países del mundo, y en la narrativa utilizan datos de investigaciones como base para afirmaciones de que la psilocibina es terapéutica. Según los autores, esto parece arriesgado.
El paper señala el problema de utilizar la información de ensayos clínicos para atraer personas a los retiros. Este es un punto interesante. No sería ético utilizar los resultados de estos estudios para vender un producto o servicio relacionado con los hongos. Los autores destacan la importancia de que los psicodélicos se utilicen de manera responsable, especialmente con personas que puedan estar en vulnerabilidad psicológica y fisiológica. Así como en el uso recreativo, el problema potencial subyace en que los facilitadores y centros de retiros deberían estar educados y calificados para llevar a cabo estas “terapias” y no en que regularlos y prohibirlos vaya a solucionar el problema. Al fin y al cabo esto sucede desde hace milenios en el contexto de la medicina tradicional nativa y los nuevos facilitadores acuden al aprendizaje tradicional porque no hay otras alternativas.
Los autores mezclan en su investigación los públicos diferentes y se olvidan que de la realidad actual en lugares donde no es legal usar la psilocibina. No es lo mismo un usuario que busca autoconocimiento y transformación personal (por ejemplo, encontrar propósito en su vida y combatir una depresión o ansiedad) que una persona que tiene una condición médico clínica más profunda (por ejemplo, un cáncer) y que necesita otro tipo de tratamiento.
La psilocibina no es una sustancia nueva. Es una droga que existe hace milenios, con una rica historia de uso indígena, y tiene una importante historia de uso contracultural, como sacramento espiritual y como herramienta terapéutica. La teoría del mono dopado explica esto. Fue propuesta por primera vez por el etnobotánico estadounidense Terence McKenna en su libro “Food of the Gods” y afirma que la transición del Homo erectus al Homo sapiens se debe a la revolución cognitiva que fue causada por la ingesta de hongos psilocibios, específicamente el hongo Psilocybe cubensis, a la dieta humana hace unos 100.000 años.
Los autores de la investigación de Frontiers reconocen esto, pero continúan argumentando que no podemos saber si es terapéuticamente seguro hasta que haya pasado por un proceso de ensayo clínico…
En un artículo publicado en el 2019 por la directora de la organización sin fines de lucro Chacruna, la autora cita el caso del alcohol y el tabaco:
“El alcohol y el tabaco no tuvieron que pasar por ensayos clínicos. En la década de 1940 recien comenzaron a introducirse ensayos clínicos sólidos para garantizar la seguridad y eficacia de nuevos medicamentos y tratamientos. Este no es el caso de la psilocibina o la ayahuasca. La epidemiología, o la experiencia humana colectiva de los consumidores de estas sustancias, simplemente triunfa sobre los ensayos clínicos”.
Si los autores citaran el caso de una nueva molécula, por ejemplo, un análogo del MDMA o la Ketamina, su argumento a favor de la supremacía de los ensayos clínicos sería muy fuerte. Sin embargo, argumentan que la ciencia y el uso clínico debería mantener las prácticas terapéuticas utilizando una molécula (la psilocibina) con milenios de uso en la medicina tradicional nativa.
El problema talvez se centra en la palabra “terapia” y es por esto que hago énfasis en que debemos llamarlo uso “transformacional” y no “terapéutico”. Desde el modelo médico, la enfermedad mental es algo que debe tratarse con medicamentos y terapia. Desde la perspectiva chamánica, el problema podría ser un síntoma de una enfermedad espiritual más profunda que necesita un proceso más complejo de transformación psíquica y energética. En ambos casos, la molécula puede usarse como parte de un proceso de “sanación”, pero no existe ninguna evidencia que afirme que la medicina contemporánea que tiene menos de 500 años estaría mejor calificada para su aplicación que las tradiciones con miles de años de experiencia.
Uso Medicinal.
Volviendo al inicio de este artículo y al uso recreativo, el control de sustancias en el mundo moderno se originó cuando en el año 1868 el “Pharmacy Act” en el Reino Unido estableció un sistema de registro que incluía a varias sustancias controladas por la “Pharmaceutical Society of Great Britain” (actual Royal Pharmaceutical Society).
No es muy complejo entender como la industria médica y la farmacéutica moderna se encuentran totalmente interligadas. Es más, podríamos decir que la medicina está totalmente influenciada por las farmacéuticas.
En este artículo publicado en 2012 y titulado “Insight into how pharma manipulates research evidence” los autores relatan que la literatura académica sobre la medicación en psiquiatría está distorsionada por la publicación selectiva: el hecho de no publicar estudios con resultados negativos o publicar selectivamente solo resultados positivos de estudios con resultados mixtos podría ser una de las estrategias de manipulación más comunes.
En este otro artículo publicado en la revista colombiana de Anestesiología, los autores relatan como las empresas farmacéuticas influyen sobre la conducta para formular los medicamentos de diversas formas, incluyendo a los vendedores de las empresas farmacéuticas (agentes de propaganda médica), las muestras de medicamentos, pares influyentes y eventos educativos. La investigación relata que la información sobre los medicamentos suministrada por los representantes de la industria ha demostrado ser inexacta. Proponen que las muestras de medicamentos son una de las herramientas de mercadeo más efectivas con las que cuentan las empresas. Se recurre a “los líderes de pensamiento” o a los “principales líderes de opinión” para convencer a sus pares de que utilicen medicamentos para usos no aprobados, sensibilizar sobre patologías objetivo, y conformar percepciones sobre los beneficios y riesgos de un medicamento.
Esto nos lleva a una de las preguntas filosóficas más difíciles: ¿quién (si es que hay alguien) tiene derecho a controlar el acceso a la psilocibina? Algunos creen que los psiquiatras están en la mejor posición para estar en la cima de la jerarquía y que estas sustancias deberían ingresar al mainstream principalmente como herramientas para la salud mental. Muchos activistas psicodélicos, grupos religiosos e indígenas y terapeutas holísticos y practicantes de la medicina tradicional nativa, para quienes estas sustancias son sacramentos, discrepan fuertemente.
Incluso ignorando estas visiones alternativas, tendríamos que preguntarnos si la psiquiatría y el establishment médico moderno son los más adecuados por sus propios méritos para administrar psicodélicos.
Podemos reflexionar que en la actualidad el establishment médico y los médicos desempeñan un papel vital en la sociedad, pero es cuestionable que una institución esté en la cima y en el control total del acceso a una sustancia usada por milenios. La razón por la que estamos buscando nuevos tratamientos de salud mental es que la psiquiatría, y su modelo biológico reduccionista de salud mental, no ha logrado prevenir o tratar adecuadamente las tasas epidémicas de depresión y ansiedad. Además de esto, también la psicología se encuentra en una grave crisis.
A pesar de estos problemas, y como resultado, gran parte del argumento de estos problemas se basa en una falacia de la “apelación a la autoridad”, siendo la autoridad la psiquiatría moderna y el modelo de ensayos clínicos el único válido.
Un problema que surge de todo esto es que los modelos de estudio utilizados para aprobar nuevos psicofármacos están diseñados para períodos de seguimiento de seis semanas con los usuarios. Muchos participantes todavía se encuentran en el “período de resplandor” seis semanas después de un tratamiento con psilocibina, pero a menudo experimentan una disminución después de esto que rara vez se incluye en los datos. Esto puede estar creando una narrativa falsa sobre cómo los psicodélicos conducen a resultados terapéuticos en contexto clínico médico.
A diferencia, en los retiros transformacionales, los facilitadores trabajan de formas diferentes y hay mucho más margen para una adecuada preparación, cuidados posteriores y, sobre todo, el potencial del apoyo de otros participantes con una experiencia compartida. El contexto y el mindset antes de la administración (famoso set & setting), y las técnicas de integración posteriores, demuestran ser herramientas fundamentales en los resultados de una experiencia con hongos.
Por otro lado, es necesario que la ciencia se enfoque cada vez más en validar el uso naturalístico (fuera del contexto clínico médico) de la psilocibina. El año pasado se llevó a cabo el estudio más grande del mundo en este contexto que confirmaría el potencial terapéutico que la medicina tradicional nativa, el chamanismo y las prácticas individuales de usuarios en contextos urbanos, tienen.
Los conflictos de intereses en el ámbito del uso medicinal surgen constantemente. La mayor empresa del mundo en la carrera por aprobar su fármaco análogo a la molécula de psilocibina, Compass Pathways, se manifestó varias veces en contra del modelo transformacional de los retiros, inclusive en países o estados donde su práctica es totalmente legal (como en el caso de Oregón, Estados Unidos).
El problema de este modelo clínico es que, la regulación externa del sistema médico proviene de estructuras de poder (estados) que ya han comprado explícitamente sus supuestos y afirmaciones de verdad. De hecho, las decisiones sobre políticas de drogas se basan en estudios científicos y marcos regulatorios para beneficiar a las grandes farmacéuticas y al establishment médico.
Un modelo único, multidisciplinario e innovador.
Talvez los países que se animen a hacer las cosas de forma diferente puedan impulsar este modelo. Aunque veo difícil que la iniciativa comience desde los estados. Es necesario que la comunidad impulse un modelo más diverso. Con equipos multidisciplinarios de actores interesados y que también tienen derecho a acceder a las prácticas terapéuticas con enteógenos; practicantes de medicina tradicional nativa (pueblos originarios, curanderos y chamanes), terapeutas urbanos del underground, activistas, críticos contraculturales, empresarios, líderes espirituales y por último, el eslabón más importante de la cadena, los usuarios.
Necesitamos crear nuevas estructuras y reformar las instituciones para que puedan abarcar la complejidad y la conciencia multidisciplinaria que precisan los enteógenos. Hace tiempo que vengo planteando que necesitamos crear una narrativa diferente para salir del dualismo. Es urgente replantear como nos vinculamos con las estructuras de poder. Esperar a que “venga otro” y nos diga que hacer es la misma consciencia que nos genera profundos problemas en nuestra sociedad actual.
El desafío para los próximos años de este renacimiento psicodélicos será como poder convivir con las diferencias y que entendamos que los tres modelos de esta trilogía necesitan convivir en armonía. Podemos hacer uso de psicodélicos de forma recreativa y gestionar nuestro placer de manera segura. También necesitamos espacios, centros de retiros y terapeutas/facilitadores que guíen a las personas en las experiencias transformadoras y prácticas espirituales sanadoras, con ética y responsabilidad. Y al mismo tiempo que la medicina moderna pueda usar estas sustancias sin apropiarse de las moléculas naturales y que puedan ser utilizadas para curar casos clínicos complejos en contextos adecuados y seguros.
Tenemos todo para que en los próximos años los psicodélicos sean parte importante de la historia, y aprovechar el potencial sanador que la naturaleza nos brindó.
Esperando ansiosa novedades sobre la Formación Anual!