#43 - Renacimiento psicodélico, narrativa cultural y riesgo existencial.
Educación, reducción de daños e investigación científica para transformar el ecosistema. El consumo de alcohol y experiencias psicodélicas. La expansión del fentanilo.
Hoy escribo una reflexión sobre el futuro del ecosistema psicodélico y los costos y beneficios del crecimiento de este movimiento global que no para. ¿Porqué los casos de efectos adversos que son titulados por los grandes medios podrían ser una piedra en el zapato para seguir avanzando y cómo podemos hacer para reducir el impacto?
Renacimiento psicodélico, narrativa cultural y riesgo existencial.
Reducción del consumo de alcohol y aumento de la flexibilidad psicológica tras una experiencia psicodélica.
Facilitadores psicodélicos australianos piden una reforma regulatoria.
La expansión del fentanilo y sus riesgos potenciales.
REFLEXIONES
Renacimiento psicodélico, narrativa cultural y riesgo existencial.
¿Una pregunta que me surge constantemente es sobre que podemos hacer para reducir daños? No solo de forma individual, sino colectivamente.
Uno de los riesgos potenciales que podría obstaculizar el crecimiento del ecosistema global es una acción gubernamental masiva que frene el impulso científico y político psicodélico que este movimiento está teniendo en los últimos años.
Esto puede llegar a impactar la fragilidad del progreso científico, político y cultural logrado frente a los formidables obstáculos de la estigmatización, la propaganda patrocinada por los estados desde la década del 70’ y las fricciones regulatorias.
La implicación es que ese progreso logrado con tanto esfuerzo puede ponerse en riesgo si vemos un número suficiente de incidentes de alto perfil del uso de psicodélicos que terminan saliendo mal y llegando a los grandes medios.
En los últimos meses, hemos visto algunas noticias sobre esto con titulares usando las palabras “hongos”, “psilocibina”, “alucinógenos” o “psicodélicos”.
En la región hace unos días salió a la luz la noticia de la mujer chilena que se denudó y acosó a pasajeros en el aeropuerto de Santiago y que había mezclado hongos y alcohol. En estados unidos hace unos meses, el caso del piloto de Alaska Airlines que intentó apagar los motores durante un vuelo y que dijo a los investigadores que pensó que en ese momento estaba sufriendo un ataque de nervios y había consumido hongos psicodélicos.
El sistema de control en el que vivimos está diseñado para censurar, castigar y reprimir constantemente a lo que se salga fuera de la norma.
Es nuestra responsabilidad como defensores de los psicodélicos para uso terapéutico, transformacional y de gestión del placer, que a medida que más y más personas recurren al consumo de psicodélicos, velar porque estas situaciónes sucedan lo menos posible. Necesitamos asumir la responsabilidad de que estas sustancias deben ser tomadas en serio y dejar de pretender que estos compuestos no presentan riesgo alguno. Precisamos crear contextos seguros para que los usuarios puedan tener experiencias sin efectos colaterales de gran escala.
Sin embargo, estos incidentes pueden y van a suceder y también debemos entender sobre el riesgo narrativo y existencial que estos episodios traen para el movimiento psicodélico en general.
En los últimos 50 años, y desde que el gobierno americano de Nixon aprobó la Ley de Sustancias Controladas en 1970, la posesión, el consumo y el cultivo de psicodélicos y otras drogas pasaron a ser delitos graves. Luego a nivel global el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de Viena en 1971. Estos hechos marcaron y detuvieron prácticamente toda la investigación sobre psicodélicos, e impulsaron la narrativa predominante sobre las drogas en general y los psicodélicos en particular. A estas sustancias se las etiquetó como peligrosas, adictivas y con potencial de arruinar vidas. El estigma aún sigue vigente.
Desde entonces, ha habido un progreso científico lento y constante en la investigación psicodélica y, en cierto momento, entre 2015 y 2018, el “Renacimiento Psicodélico” volvió a resurgir. Pero sería inexacto pensar en este resurgimiento como algo singular.
A mi modo de ver, en realidad hay tres movimientos distintos, pero muy entrelazados, en juego: el científico, el político y el cultural.
Y para entender la amenaza potencial que tenemos enfrente, necesitamos comprender la dinámica entre estos movimientos, ya que a veces están alineados, funcionando en sinergia y otras veces compiten entre sí, cada uno con su riesgo diferente.
La ciencia, un arma de doble filo.
El nuevo resurgimiento científico psicodélico es como el perro que se muerde la cola. A pesar de su larga y colorida historia, el moderno “Renacimiento Psicodélico” se basa en descubrimientos científicos que avanzaron principalmente en las últimas dos décadas.
Tanto los esfuerzos de reformas políticas como el avance cultural en torno a los psicodélicos se basan en los resultados de la investigación y su difusión a través de los principales medios de comunicación e influenciadores de opinión (hola efecto Netflix/Fantastic Fungi). A pesar del poder de la ciencia para influir en la sociedad, en comparación con casi cualquier otro campo de investigación clínica, la ciencia psicodélica es mínima en financiación, número de estudios, número de investigadores e impacto. Aún falta mucho camino por recorrer.
El riesgo para la ciencia psicodélica no es necesariamente que se “prohíba” y de alguna manera se la etiquete como ilegal y cese por completo, sino más bien que nunca se asigne la financiación adecuada de agencias estatales para la investigación profunda naturalística (el impacto en los usuarios) y que la investigación científica se limite solo las drogas comerciales impulsadas por la big pharma. El desarrollo y la investigación con psicodélicos es muy pequeño y en general con financiación filantrópica o de pequeños inversores para llegar a gran escala.
El temor es que escenarios tremendamente teatrales que llegan a los medios como el incidente del “piloto hongo” o la “loca del aeropuerto que usó alucinógenos” hagan que los políticos, agencias de investigación e inversores/filántropos privados se arrepientan de aprobar e impulsar dicha financiación científica.
En otras palabras, la mayor amenaza para la ciencia psicodélica es la reforma exitosa de las políticas psicodélicas (para el uso de unos pocos amigos de la big pharma y la ciencia biomédica) y un fuerte aumento en el uso de psicodélicos naturalistas que aumenten el riesgo de eventos adversos.
La política psicodélica.
Una cuestión de financiación y acceso. Hay dos mecanismos por los cuales la política está expuesta al riesgo de este nuevo resurgimiento.
El primero, a nivel estado (países). Si bien existen a nivel global varios esfuerzos para avanzar en políticas regulatorios sobre enfermedades de salud mental como depresión, estrés postraumático, adicciones, etc. Y a pesar de las poderosas historias de curación de esta población, los políticos todavía están en deuda con sus electores (y con la industria farmacéutica), y si el sentimiento de la opinión pública se vuelve positivo hacia los psicodélicos, entonces usar el dinero de los impuestos para tales investigaciones puede volverse políticamente insostenible. ¿Quién va a pagar el costo político de cambiar del estigma “prohibicionista” que se viene bancando desde hace 50 años? ¿Le van a sacar el negocio a sus amigos de las grandes farmacéuticas, que bancan las campañas políticas?
En segundo lugar, las cuestiones de legalización y/o despenalización son, por definición, esfuerzos políticos que están claramente en la mira a casos adversos de gran escala como los que suceden cada tanto. Un partido político podría usar esta excusa públicamente para ensuciar al partido contrario jactándose de que como mínimo son “irresponsables” y endurecer la famosa “guerra contra las drogas”.
Con la preferencia del establishment político por el modelo médico/farmacéutico, los “malos viajes de alto perfil” se convierten en la palanca en contra los nuevos marcos de despenalización y legalización de los psicodélicos.
Estos esfuerzos, en mi opinión, son el costo que pocos están dispuestos a pagar cuando la narrativa cambia.
La adaptación cultural.
Si la ciencia es el perro que se muerde la cola, la cultura es el perro con dos colas. La inmensa mayoría del uso, los servicios y el comercio de psicodélicos existen y seguirán existiendo fuera de la investigación autorizada o los entornos legalizados. La contracultura nunca murió y jamás va a morir.
Si bien siempre ha habido un nicho cultural que abrazó a los psicodélicos y las drogas relacionadas y los usó de manera sofisticada, ha sido un pequeño subconjunto de la cultura. En los últimos años, este nicho está en rápida expansión.
A través de retiros, facilitadores del underground, sociedades psicodélicas locales, el chamanismo nativo que viene resistiendo hace décadas y un número cada vez mayor de profesionales de la salud que se interesan, las oportunidades de acceso a estas terapias y el crecimiento se están disparando.
Esta “capa” del ecosistema psicodélico es la más resistente a cualquier reacción debido a su naturaleza descentralizada y subterránea (el micelio se expande debajo de la tierra).
Después de todo, las drogas ya son ilegales y la gente ocasionalmente se mete en problemas; en su mayor parte, los usuarios y articuladores de estos nichos han descubierto de forma inteligente cómo evadir las sanciones del prohibicionismo.
Por otro lado, es importante entender que esta es también el caldo de cultivo del cual se originará el próximo “mal viaje de alto perfil” que termine saliendo en las noticias y, por lo tanto, compite directamente con los aspectos científicos y políticos de este nuevo renacimiento psicodélico.
No existen soluciones claras para estos problemas. Solo intercambios y costos que hay que pagar para obtener beneficios colectivos y a largo plazo.
La importancia de la comunidad.
Dada la heterogeneidad de la “comunidad psicodélica” y la diversidad de intereses, ideologías y creencias sobre cómo debería evolucionar y evolucionará este fenómeno emergente, deberíamos pensar en nuestras propias preferencias a través de la lente de los costos y beneficios, en lugar de pensar en soluciones.
Si bien creo que existe una alta probabilidad de que las reformas de despenalización y legalización sean lentas y demoradas a nivel global, no hay forma de detener la adopción cultural.
Los usuarios van a consumir psicodélicos como lo han hecho a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Lo más importante en este punto de inflexión entre la prohibición y lo que sea que depare el futuro es la educación, la reducción de riesgos y daños y la investigación científica que valide el uso naturalístico.
Espero que hacia allá podamos navegar sin tantos efectos colaterales.
INVESTIGACIÓN
Reducción del consumo de alcohol y aumento de la flexibilidad psicológica tras una experiencia psicodélica.
Este estudio retrospectivo investigó el impacto de las experiencias psicodélicas naturalistas (fuera del contexto clínico) en el consumo de alcohol. Los resultados indican una reducción significativa en el número medio de días de consumo de alcohol por semana y en las cantidades después una experiencia psicodélica.
Los usuarios que dejaron de beber o redujeron el consumo de alcohol tenían una adicción más grave y una menor flexibilidad psicológica antes de la sesión psicodélica. El estudio sugiere que los resultados positivos para la salud, incluida la reducción del consumo y la dependencia del alcohol, pueden estar asociados con la intensidad de la experiencia mística (generalmente con macrodosis) y un aumento de la flexibilidad psicológica.
POLÍTICA DE DROGAS
Facilitadores psicodélicos australianos piden una reforma regulatoria.
A principios de esta semana, la Asociación Australiana Multidisciplinaria de Practicantes Psicodélicos (AMAPP), una asociación grupo sin fines de lucro, publicó un comunicado de prensa pidiendo una “revisión integral” de los recientes cambios de política del país que permiten a los psiquiatras autorizados recetar MDMA y psilocibina.
“El sistema regulatorio actual es prácticamente inviable, demasiado cauteloso y engorroso y necesita evolucionar con la ayuda y el aporte de aquellos profesionales que tienen el conocimiento y la experiencia adecuados trabajando en el campo psicodélico", dijo Anthony Bloch, presidente de AMAPP.”
La organización hace un llamado a las agencias gubernamentales relevantes, investigadores académicos y otros profesionales para discutir cambios que harían que las regulaciones actuales sean menos engorrosas, así como para establecer estándares para “publicidad apropiada, ubicaciones y tipos de clínicas, la necesidad de estándares nacionales uniformes, así como como la recopilación futura de datos precisos sobre tratamientos e investigaciones”.
Esto es un problema que viene sucediendo también en Uruguay, donde las asociaciónes y agrupaciones locales critican duramente a las iniciativas gubernamentales de subirse a esta nueva ola de renacimiento psicodélico sin entablar un dialogo con los principales actores del ecosistema. En el caso del país vecino, el proyecto de ley presentado para regular el uso terapéutico de enteógenos fue duramente criticado por haber sido pensado “para beneficiar a las grandes farmacéuticas” y no realmente a los usuarios que lo necesitan.
REDUCCIÓN DE DAÑOS
La expansión del fentanilo y sus riesgos potenciales.
Esta semana en la prensa española salió con un artículo sobre la expansión del fentanilo en Valencia. El Sindicato profesional de policías locales y bomberos lanzó una alerta de los peligrosos efectos del opioide que arrasa en Estados Unidos y comienza a hacer estragos en Europa.
¿Cada vez que leo estas noticias sobre el fentanilo me pregunto por qué nadie está hablando masivamente sobre esto en America Latina? Hace meses escribí sobre el riesgo de MDMA y pastillas de éxtasis adulteradas en fiestas de música electrónica, que podrían ser indicios de que el fentanilo ya está en las calles. Por otro lado la aduana Argentina hace meses lanzó un registro sobre nuevas regulaciones para la importación de esta droga sintética tan poderosa.
Para escuchar
En su podcast Hector Escajadillo entrevistó a Alonso del Río, un reconocido músico, facilitador y ayahuasquero peruano con varios años de experiencia. Alonso y Hector comparten sobre la evolución, la tecnología, el abismo, las medicinas ancestrales, la situación actual de la Ayahuasca, sus implicaciones ambientales, la memoria antigua, y el perdón.